En la recta final de su mandato Mario Molina analiza la actualidad y el futuro de la gremial
“Si bien la institución se encuentra en un momento especial, producto de la pandemia, debo decir que nuestra gremial ha mostrado durante los últimos años una capacidad de superación sostenida que nos tiene muy contentos.
No siempre la ANRTCI tuvo las cosas fáciles: atravesamos momentos de incertidumbre, limitaciones económicas, dificultades políticas entre otras circunstancias, pero a través del tiempo y del esfuerzo esta ha sido una transformación altamente satisfactoria, con un equilibrio positivo entre lo alcanzado y lo que se ha puesto en la agenda de trabajo.
En esta etapa de gestión destacamos la generación de trabajo para nuestros asociados a través de la concreción de numerosos remates oficiales. Estaremos cerrando nuestro período de gobierno, entre los remates realizados y los que resta efectuarse, con más de 500 rematadores (socios habilitados) designados mediante sorteo.
Estas cifras son el resultado de un dedicado trabajo de esta comisión directiva, pero también consolidado desde directivas anteriores, lo que muestra la confianza depositada en el tiempo, por parte del Estado, en nuestra institución. Prueba de esto fue la concreción del remate del avión presidencial que exigió las máximas certezas de nuestra parte en un proceso de extrema transparencia y profesionalismo.
A propósito de esto, me enorgullece resaltar el cumplimiento del compromiso establecido por nuestra asociación, que a través de su comisión directiva, desde el día uno, entendió que desde la responsabilidad social empresarial, a la que adherimos y representamos, teníamos que dar un paso solidario en apoyo de la difícil situación sanitaria que atravesamos. Por ello decidimos donar al fondo COVID el 100% del monto producido por concepto de comisión, donación que fue efectuada tanto por la ANRTCI como por los rematadores participantes en dicha subasta.
Pero nuestro análisis positivo también debe hacer una pausa y detenerse en la difícil situación que nuestros asociados en general vienen sufriendo con esta pandemia. La institución ha tenido que jugar un doble rol: por un lado de sensibilización y propuestas respecto a las necesidades y los derechos de sus asociados, encontrando alternativas de apoyo como la flexibilización de sus obligaciones y la realización de sorteos para remates oficiales. Por otro lado, adaptando su propuesta de servicios para acompañar a las diversas entidades estatales con las que se poseen convenios, administrando sus remates oficiales de acuerdo a los nuevos requerimientos sanitarios.
Hemos tenido que -de golpe- incorporar a nuestro “know how” nuevas acciones: protocolos, distanciamiento, aforos, elementos de protección, desinfección, entre otras cuestiones relacionadas con los cuidados preventivos, integrándolas por completo a nuestras rutinas de trabajo.
Todo esto no solo fue nuevo para nosotros sino difícil de implementar en muchos casos, pero la continuidad de oportunidades para nuestros socios estaba en juego y en ese sentido, todos los esfuerzos valieron la pena.
Esta nueva normalidad trae aparejados cambios en nuestra labor y sin dudas nuevas tecnologías llegan para instalarse también al servicio de los remates.
Desde subastas híbridas (presenciales y virtuales) hasta subastas 100% virtuales, golpean nuestra puerta. Novedosas modalidades que a su vez exigen nuevas metodologías de trabajo como preinscripciones, depósitos previos de garantía y pre ofertas, por nombrar algunos.
Sin duda estos mecanismos -que desde un buen tiempo venían avanzando sólidamente en el mundo y en nuestro país- sufren ahora un acelerado avance sin retorno. Si bien desde la asociación ya veníamos trabajando sobre estas posibilidades -incluso generando remates virtuales de forma colaborativa- estos ahora nos exigen un abordaje profundo e integral, que ya se encuentra en marcha.
Es importante subrayar que el Poder Judicial, a nuestro juicio, debe ser dotado rápidamente de las herramientas tecnológicas que permitan la gestión integral de los expedientes electrónicos y plataformas informáticas como, por ejemplo, posee la Dirección General de Catastro para sus profesionales habilitados. Serían de vital importancia para el uso de los rematadores que hoy ven limitado su accionar a la atención presencial, lo que ocasiona retrasos y sobrecargas administrativas.
En otro orden, pero de vital importancia para nuestra institución, se encuentra la tan anhelada aprobación de la Ley del Operador Inmobiliario, la que por fin está llegando a buen puerto. En el seno de su comisión directiva, la ANRTCI ha resuelto recientemente -con el apoyo de otras importantes gremiales de giro inmobiliario- impulsar un nuevo proyecto de ley, entendiendo que los actuales tiempos requieren de nuevas formulaciones. La nueva redacción del proyecto no invalida lo actuado hasta ahora sino que por el contrario, lo reformula y lo enriquece con variantes que entendemos necesarias para el correcto funcionamiento del sector y le brindan al Estado otras alternativas para su valoración. Tendremos novedades próximamente pero estamos muy ilusionados de que sea aprobado a la brevedad para el bien de todos nuestros operadores inmobiliarios.
Hablemos de futuro: en breve firmaremos nuevos convenios de trabajo, se realizarán transmisiones de eventos en vivo, construiremos una plataforma para remates online, una aplicación para celulares que permita la rápida reserva de salas de remate, realizaremos reformas edilicias en la sede y giras por el interior del país (en cuanto la pandemia nos permita hacerlo) reinstalando las instancias de capacitación y recogiendo inquietudes y anhelos de nuestros socios en cada recorrida, además de la realización de importantes remates ya proyectados. Esperamos contar con decenas de rematadores participantes, ya desde la próxima semana, con la inauguración de un nuevo convenio firmado en los pasados días con la Dirección General de Aduanas.
Para terminar, en agosto se celebrará una nueva jornada democrática de elección de las autoridades que conducirán los destinos de nuestra institución durante los próximos 2 años. Entregaremos con orgullo el mando a quien resulte electo, deseándole toda la prosperidad que nuestra institución merece. ¡Estamos convencidos de que así será!
Nos retiraremos con el sabor del deber cumplido.
No hace mucho, pedíamos a nuestros asociados una oportunidad para trabajar por la institución. Prometimos cosas -por supuesto- y hoy creemos con humildad pero con convicción, que podemos decir a nuestros socios ¡cumplimos!”